Los dispositivos inteligentes se han convertido en parte de lo cotidiano. Gadgets y electrodomésticos de última generación han ido consolidando el concepto de smart house: casas cada vez más autónomas pero no siempre igual de eficientes
El mercado de los dispositivos inteligentes está en constante evolución: lo que hoy es novedoso, mañana es un requisito imprescindible.
- Según Statistas, los ingresos por venta de sistemas y dispositivos inteligentes aumentará un 79% en los próximos 4 años.
- La incorporación de aparatos inteligentes en el hogar puede suponer un importante ahorro cuando se recurre a los dispositivos adecuados.
Se fueron colando en casa como discretos dispositivos para facilitar algunas tareas cotidianas y han terminado por convertirse en los protagonistas del hogar. Desde la aparición de los primeros altavoces inteligentes hasta los robots aspiradores que se controlan mediante una app, las soluciones para la mejora del confort y la seguridad en casa han ido acaparando un mercado cada vez más amplio.
A mayor oferta, mayor competencia. El problema de la innovación es que el consumidor se vuelve cada vez más exigente y satisfacer todas sus necesidades, las reales y las impuestas por el propio mercado, resulta cada vez más complicado. Las marcas se esfuerzan en proporcionar alternativas cada vez más novedosas, pero en este intento por diferenciarse del resto es fácil perder el norte: ¿hasta qué punto resulta útil lo que ofrecen?
El control del hogar en la palma de la mano
Uno de los grandes cambios que ha experimentado el sector y, sin duda, el que está marcando el ritmo de los dispositivos de tercera generación, es la posibilidad de controlar estos aparatos desde una app. La evolución entre los dispositivos móviles como tablets y smartphones ha ido en paralelo con la proliferación de las aplicaciones de domótica que permiten tener el control de todo el hogar en la palma de la mano.
El debate está servido. ¿Necesita el usuario disponer de todos estos dispositivos para mejorar notablemente su calidad de vida? La respuesta no puede ser más imprecisa: depende. Para valorar la verdadera utilidad de estos dispositivos habría que poner en un lado de la balanza la inversión realizada y del otro los beneficios reales obtenidos.
El diseño de un hogar inteligente supone un desembolso económico importante cuando el usuario se obsesiona por incorporar a las rutinas de una casa toda la tecnología a su alcance: luces que se controlan por voz, cámaras de vigilancia que se gestionan en remoto, lavadoras que se programan con el móvil o robots limpiacristales que se desplazan de forma autónoma.
No obstante, lo verdaderamente inteligente es comprar conforme a las exigencias de cada hogar y no solo de acuerdo a las últimas tendencias. Para obtener este conocimiento es importante alejarse un poco del marketing oficial del producto. En un mercado tan saturado de aparatos inteligentes, a veces lo más difícil es que el consumidor tome el control de sus decisiones.
Un mercado en continuo desarrollo
La facturación global de dispositivos inteligentes para el hogar ha ido creciendo de forma progresiva a nivel mundial. Una tendencia siempre al alza que, según los pronósticos realizados por Statistas, aumentará hasta un 79% entre 2021 y 2025.
Se prevé que la tasa de hogares inteligentes en el mundo de aquí a 4 años supere la barrera del 20%. Si hasta hace relativamente poco tiempo resultaba novedoso darle órdenes a Google, Alexa o Siri, en apenas unos años más estos serán algunos de los nombres más pronunciados en casa.
Detrás de estas cifras se esconde una realidad mucho más tangible: la comodidad es ya un requisito imprescindible. La tecnología se ha puesto al servicio del usuario para cubrir ese tipo de necesidades cotidianas en las que antes no había más remedio que recurrir al cubo y la fregona. ¿El resultado? Hogares más confortables, más seguros y más inteligentes, pero no necesariamente más eficientes.
Elección del dispositivo correcto: la clave del ahorro
Ni todos estos avances tecnológicos representan una verdadera ventaja ni todas las compras son igual de inteligentes. El hecho de que estos dispositivos tengan cerebro no implica que los usuarios no deban hacer sus compras con cabeza.
Portales como Casa Confortable se encargan de investigar el mercado de las smart houses y probar los aparatos domésticos más populares y necesarios en cualquier hogar: aspiradoras, planchas, robots aspirador y friegasuelos, robot limpiacristales... Las comparativas entre marcas y modelos son una herramienta de gran utilidad para que los posibles compradores obtengan una visión realista del potencial que tienen estos dispositivos.
La comodidad no siempre está reñida a parámetros tan importantes como la eficiencia, la utilidad o el bajo consumo. Sin embargo, son tres aspectos fundamentales a la hora de adquirir un nuevo dispositivo inteligente para el hogar. Mientras que las especificaciones de producto que ofrecen las propias marcas solo proporcionan datos, las opiniones de quienes los han probado aportan experiencia. Un plus nada desdeñable.
Antes de comprar un nuevo dispositivo conviene disponer de información de primera mano acerca de su uso y del verdadero alcance de sus prestaciones. Un comprador bien informado tiene más posibilidades de convertirse en un usuario satisfecho.
Más información en casaconfortable.com
Fuente Comunicae
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